... si no lo hace tu cristalina mirada.
Yace en mi cuerpo azul el deseo casi irrespetuoso de tomar esa mirada sólo para mí y guardarla secretamente. Y mi cuerpo te desea abiertamente, encubierto por mi timidez, pero desea tanto como esa tierra del sur desea la lluvia en verano, o como el río aprisionado desea liberarse en un mar, como una vida desea expandirse en otra.
Y mi deseo humedece mis labios y trata de encubrir mis ojos para que no se note cierto brillo, para que la electricidad de tu... Continuar leyendo